EPITAFIOS
I
Con el amanecer adentro
y un despojo de angustias,
necesariamente humanas,
viaja,
Juan del Agua,
delator de lunas y peces.
II
Si hubieses tenido
la prudencia parecida a la cobardía
la palabra parecida a lo imposible
y un melón vacío de vino fresco
no habrías acabado
en este acto de deserción.
III
El Yo circula,
se allega a la primera muerte,
el cuerpo estalla
entre equilibrio y distancia
entre germen y dolor.
IV
A ras, siempre a ras,
entre la sensación de arena y grano
se miran las hídras
y evocan nacimiento
en mudanza de rocío.
V
Aquí habita el verbo irregular,
la más grande ironía…
la más secreta y mortal de las yerbas.
VI
Ya tienes la palabra
la cabeza y el sombrero
pero el hombre de los guijarros azules
ya es libre
por invocación divina.
VII
he aquí mis pertenencias :
una hectárea de sol,
la distancia enamorada del mar
la lluvia,
la memoria,
tu sonrisa
y un olor solitario a libertad.
VIII
Vengo
de tomar el paso y encogerlo,
de pequeños fragmentos en la dicha,
de inviernos flacos y chillones,
de aventura en la razón y sí podía.
IX
Cruje la tierra en vertical,
la arcilla clandestina ya es cántaro
de todos los ríos
de todos los lagos,
de todas las lluvias.
X
Otoño de un eclipse robado
no me mires
soy la ausencia
de un invierno eclipsado.
XI
Este fragmento de vida necesita
el aleteo horizontal de tu sonrisa
un ojo de flor en expansión
y un picaflor
besando el color del mediodía.
XII
Perdido el párpado,
el quehacer
y la risa
sobreviene el tiempo
vestido de números
a la puerta de los eneros.
XIII
Otra huella marcha rebelde
sumando fragilidad trascendente
ocultando soles que despojan
niños, guardamundos,
ciegos, iluminados,
siemprevivos,
cristales
y deshechos en pertenencia.
XVI
Al perpetuarse el tiempo
se fugaron las luces
se arrepintieron las sombras
y emergieron fantasmas
en duda y precipicio
XVII
En la plenitud del silencio
donde nutren las aguas
los espíritus tutelares
nutren embriones.
XVIII
Los pájaros reciclaron los sueños,
los peces vaciaron los ojos,
de este último héroe,
que encontró la gloria en el fracaso,
a la hora de incidencias.
XIX
Entraron de mar
se reciclaron de ahogo
desde el tono del oído
hasta el zumbido de los pies
XX
Un cuarto creciente de lluvia
funde cenizas y memorias
descolgadas por herencia
por sumatoria de claridad
en este manifiesto de otoño.
XXI
La negra trashumante,
la del espeso amor ,
la del torbellino conspirador,
la del delator de hojas,
espera el grito de la sombra.
XXII
Aquí, tras el nacimiento
no caven los números,
la música monótona y absurda
se es por ser y sobras
tú y los otros
él de la ventanilla gris
el que cree en no creer
duda
y asiente.
XXIII
Agazapado y a tientas
regentas la tierra
la acuestas, la sangras,
con un gesto de lázaro en desuso,
con un escapulario de habas
y un manzanillón en las heridas.
I
Con el amanecer adentro
y un despojo de angustias,
necesariamente humanas,
viaja,
Juan del Agua,
delator de lunas y peces.
II
Si hubieses tenido
la prudencia parecida a la cobardía
la palabra parecida a lo imposible
y un melón vacío de vino fresco
no habrías acabado
en este acto de deserción.
III
El Yo circula,
se allega a la primera muerte,
el cuerpo estalla
entre equilibrio y distancia
entre germen y dolor.
IV
A ras, siempre a ras,
entre la sensación de arena y grano
se miran las hídras
y evocan nacimiento
en mudanza de rocío.
V
Aquí habita el verbo irregular,
la más grande ironía…
la más secreta y mortal de las yerbas.
VI
Ya tienes la palabra
la cabeza y el sombrero
pero el hombre de los guijarros azules
ya es libre
por invocación divina.
VII
he aquí mis pertenencias :
una hectárea de sol,
la distancia enamorada del mar
la lluvia,
la memoria,
tu sonrisa
y un olor solitario a libertad.
VIII
Vengo
de tomar el paso y encogerlo,
de pequeños fragmentos en la dicha,
de inviernos flacos y chillones,
de aventura en la razón y sí podía.
IX
Cruje la tierra en vertical,
la arcilla clandestina ya es cántaro
de todos los ríos
de todos los lagos,
de todas las lluvias.
X
Otoño de un eclipse robado
no me mires
soy la ausencia
de un invierno eclipsado.
XI
Este fragmento de vida necesita
el aleteo horizontal de tu sonrisa
un ojo de flor en expansión
y un picaflor
besando el color del mediodía.
XII
Perdido el párpado,
el quehacer
y la risa
sobreviene el tiempo
vestido de números
a la puerta de los eneros.
XIII
Otra huella marcha rebelde
sumando fragilidad trascendente
ocultando soles que despojan
niños, guardamundos,
ciegos, iluminados,
siemprevivos,
cristales
y deshechos en pertenencia.
XVI
Al perpetuarse el tiempo
se fugaron las luces
se arrepintieron las sombras
y emergieron fantasmas
en duda y precipicio
XVII
En la plenitud del silencio
donde nutren las aguas
los espíritus tutelares
nutren embriones.
XVIII
Los pájaros reciclaron los sueños,
los peces vaciaron los ojos,
de este último héroe,
que encontró la gloria en el fracaso,
a la hora de incidencias.
XIX
Entraron de mar
se reciclaron de ahogo
desde el tono del oído
hasta el zumbido de los pies
XX
Un cuarto creciente de lluvia
funde cenizas y memorias
descolgadas por herencia
por sumatoria de claridad
en este manifiesto de otoño.
XXI
La negra trashumante,
la del espeso amor ,
la del torbellino conspirador,
la del delator de hojas,
espera el grito de la sombra.
XXII
Aquí, tras el nacimiento
no caven los números,
la música monótona y absurda
se es por ser y sobras
tú y los otros
él de la ventanilla gris
el que cree en no creer
duda
y asiente.
XXIII
Agazapado y a tientas
regentas la tierra
la acuestas, la sangras,
con un gesto de lázaro en desuso,
con un escapulario de habas
y un manzanillón en las heridas.
2 comments:
Esta bueno el blog todo desde la arquitectura hasta los poemas paro en las fotos hay muchas cruces y eso si que no degusta
Cristóbal jara
excelente blo.
visite:
despertadsociedad.blogspot.com
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